La cojera en los perros es una de las señales más visibles de que algo no va bien en su aparato locomotor. Aunque pueda parecer algo leve en un principio, es fundamental no subestimar este síntoma. Desde esguinces hasta enfermedades óseas degenerativas, las causas de una cojera pueden ser muy variadas y en ocasiones requieren una intervención veterinaria urgente. En la Clínica veterinaria Capua, especializada en traumatología veterinaria en Gijón, se aborda cada caso de forma individualizada para identificar el origen del problema y aplicar el tratamiento más eficaz. A través de exploraciones clínicas y pruebas diagnósticas avanzadas, el equipo determina la mejor estrategia para recuperar la movilidad del animal cuanto antes.
Lesiones traumáticas: una causa frecuente en perros activos
Una de las causas más comunes de cojera en perros son las lesiones traumáticas. Los perros jóvenes y activos, especialmente los de razas grandes o muy enérgicas, están más expuestos a sufrir torceduras, esguinces, golpes o fracturas. Estas lesiones pueden producirse durante el juego, al saltar desde una altura, al correr sobre superficies irregulares o incluso por un mal apoyo al caminar.
El dolor suele aparecer de forma repentina y el animal puede llegar a rechazar el apoyo de la pata afectada por completo. En estos casos, es fundamental mantener al perro en reposo y acudir cuanto antes a la consulta veterinaria para descartar lesiones graves mediante radiografías u otras pruebas de imagen. La intervención precoz puede evitar complicaciones futuras, como la pérdida de movilidad o la aparición de una cojera crónica.
Problemas óseos en perros: displasias y enfermedades del crecimiento
Algunas razas caninas están genéticamente predispuestas a sufrir problemas óseos, como la displasia de cadera o de codo. Estas enfermedades congénitas afectan a la articulación y pueden manifestarse desde los primeros meses de vida. La displasia de cadera, por ejemplo, impide que la cabeza del fémur encaje correctamente en el acetábulo, lo que genera inestabilidad, dolor y cojera intermitente o progresiva.
Otro ejemplo habitual es la panosteitis, un trastorno inflamatorio que afecta a los huesos largos en perros en crecimiento. Esta condición puede provocar una cojera que cambia de pata en cada episodio, desconcertando tanto al propietario como al veterinario. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, esta enfermedad es transitoria y desaparece una vez finalizado el desarrollo óseo del animal.
En cualquiera de estos casos, el diagnóstico temprano es vital para aplicar un tratamiento adecuado que puede incluir analgésicos, suplementos articulares o incluso cirugía, dependiendo del grado de afectación.
Lesiones articulares caninas: una dolencia común y limitante
Las articulaciones de los perros están sometidas a un uso constante, y por ello no es extraño que presenten desgaste o lesiones. Entre las lesiones articulares caninas más frecuentes encontramos la rotura del ligamento cruzado anterior, sobre todo en razas medianas y grandes. Este tipo de lesión provoca cojera súbita, inflamación y dolor intenso, y suele requerir intervención quirúrgica para restablecer la estabilidad de la rodilla.
Otra causa recurrente de cojera es la artritis, que afecta principalmente a perros mayores. Esta enfermedad degenerativa de las articulaciones reduce la flexibilidad y provoca dolor crónico. En estos casos, el tratamiento se centra en controlar los síntomas mediante antiinflamatorios, dieta especializada, fisioterapia y, en algunos casos, terapias complementarias como la láserterapia o la hidroterapia.
Otros factores menos conocidos que también pueden causar cojera
Aunque en menor medida, hay otras causas que pueden provocar cojera y que muchas veces pasan desapercibidas. Por ejemplo, los cuerpos extraños, como espigas o cristales incrustados entre los dedos, pueden provocar una cojera súbita y dolorosa. Las infecciones cutáneas, abscesos o incluso una simple uña rota pueden ser igualmente responsables de una alteración en la marcha del perro.
También es importante tener en cuenta los problemas neurológicos, como la hernia discal, que pueden provocar una marcha anormal o debilidad en las extremidades. En estos casos, es fundamental una evaluación neurológica completa que incluya pruebas específicas de sensibilidad, reflejos y coordinación.
Diagnóstico veterinario y tratamiento individualizado en Capua
Acudir a un centro especializado en traumatología veterinaria ante cualquier señal de cojera es esencial para asegurar una recuperación eficaz. En la Clínica veterinaria Capua, el diagnóstico se basa en una evaluación clínica minuciosa y pruebas de imagen avanzadas que permiten identificar con precisión el origen del problema.
Cada tratamiento se personaliza en función de la causa, la edad del animal y su estado general. Desde reposo controlado hasta intervenciones quirúrgicas complejas, el equipo veterinario elabora un plan de recuperación completo que incluye seguimiento, pautas para el hogar y, si es necesario, rehabilitación física para que la mascota recupere su bienestar y su actividad habitual sin secuelas.