acudir al veterinario por un problema ocular en tu mascota

¿Cuándo debes acudir al veterinario por un problema ocular en tu mascota?

Cuando se trata de la salud ocular de perros y gatos, contar con un centro especializado en oftalmología veterinaria puede marcar la diferencia en la recuperación y bienestar de tu compañero. En lugares como un veterinario en Gijón, los profesionales no solo diagnostican a tiempo enfermedades oculares en animales, sino que también ofrecen tratamientos oftalmológicos para mascotas adaptados a cada caso, reduciendo el riesgo de complicaciones a largo plazo.

Importancia de la salud ocular en perros y gatos

Los ojos de las mascotas son estructuras delicadas y, a diferencia de otros órganos, cualquier alteración se manifiesta de manera visible: enrojecimiento, lagrimeo excesivo, opacidad o secreciones son señales que no deben ignorarse. Los problemas oculares pueden deberse a múltiples causas, desde cuerpos extraños atrapados en la superficie ocular hasta infecciones, traumatismos o enfermedades hereditarias.

Mantener una correcta salud ocular no solo evita el dolor y las molestias en el animal, sino que previene consecuencias más graves como pérdida parcial o total de la visión. Además, un diagnóstico precoz permite iniciar un tratamiento efectivo y reducir la posibilidad de secuelas irreversibles.

Los veterinarios especializados en oftalmología utilizan herramientas avanzadas como lámparas de hendidura, tonómetros o pruebas de fluoresceína para detectar lesiones en la córnea y medir la presión intraocular, lo que facilita un diagnóstico más preciso y rápido.

Síntomas que indican que debes acudir al veterinario

Reconocer los signos tempranos de un problema ocular es fundamental para actuar a tiempo. Entre los síntomas más habituales que requieren revisión se encuentran el lagrimeo constante, el parpadeo excesivo, el enrojecimiento, la hinchazón de los párpados o la presencia de secreciones espesas.

Otros indicadores de alerta son los cambios en el color del ojo, opacidades en la córnea o el rechazo de la luz por parte del animal. Estos síntomas pueden estar relacionados con afecciones como conjuntivitis, úlceras corneales, glaucoma o cataratas, algunas de ellas potencialmente graves si no se tratan a tiempo.

En casos de traumatismo, como golpes o arañazos, la visita al veterinario debe ser inmediata, ya que las lesiones pueden evolucionar rápidamente y comprometer la visión del animal en pocas horas. El examen temprano permite aplicar medidas como colirios antibióticos, antiinflamatorios o, en situaciones más complejas, cirugía ocular.

Enfermedades oculares más comunes en mascotas

Entre las enfermedades oculares en animales más frecuentes encontramos la conjuntivitis, que puede ser causada por infecciones bacterianas, virales o por alergias ambientales. Es habitual en perros y gatos y provoca enrojecimiento y secreciones acuosas o purulentas.

Las úlceras corneales son otra patología común, especialmente en razas braquicéfalas como bulldogs o carlinos, cuyos ojos prominentes son más propensos a sufrir heridas. Sin tratamiento, estas úlceras pueden profundizarse y comprometer la integridad del globo ocular.

El glaucoma, caracterizado por un aumento de la presión intraocular, es una urgencia veterinaria que puede llevar a la ceguera irreversible si no se trata con rapidez. Los síntomas incluyen dolor ocular, lagrimeo y un aspecto azulado o agrandado del ojo afectado.

También se presentan problemas como cataratas, que provocan pérdida progresiva de visión, y alteraciones en los párpados como entropión o ectropión, que requieren corrección quirúrgica para evitar lesiones crónicas en la córnea.

Opciones de tratamiento y seguimiento

Los tratamientos oftalmológicos para mascotas varían en función del diagnóstico. Para infecciones leves, se suelen utilizar colirios o pomadas antibióticas combinadas con antiinflamatorios. En casos de úlceras corneales, se recurre a protectores oculares y, si la lesión es profunda, puede ser necesaria una cirugía reconstructiva.

En el caso del glaucoma, los tratamientos incluyen medicamentos para reducir la presión ocular, aunque en situaciones avanzadas puede requerirse cirugía para preservar la visión o incluso para aliviar el dolor si la ceguera es irreversible.

El seguimiento periódico es esencial para evaluar la respuesta al tratamiento y ajustar la terapia según la evolución del cuadro clínico. Los centros especializados en oftalmología veterinaria, ofrecen revisiones programadas que aseguran un control continuo y previenen recaídas.

Prevención y revisiones periódicas

La prevención en oftalmología veterinaria se basa en revisiones regulares y en la observación diaria por parte del propietario. Limpiar las secreciones con suero fisiológico, evitar el contacto con irritantes y revisar los ojos después de paseos en zonas con vegetación son medidas sencillas que reducen el riesgo de lesiones.

Las razas con predisposición a problemas oculares, como los cocker spaniel, shar pei o persas, requieren un control aún más estrecho. En estos casos, los chequeos periódicos permiten detectar anomalías en fases iniciales y aplicar tratamientos tempranos que preserven la visión del animal.

Educar al propietario para reconocer signos de alerta y acudir de inmediato al veterinario es la clave para actuar antes de que el problema se agrave. La rapidez en la atención puede significar la diferencia entre un tratamiento sencillo y una cirugía compleja o la pérdida permanente de la visión.

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